En el fondo no soy tan difícil. No quiero que tengamos discusiones bajo la lluvia que terminen con un beso de película y banda sonora. Tampoco te pido que construyas una casa blanca con ventanas azules para mi, ni que me declares tu amor frente a tiffanys.
Me sobra con lo que tenemos ahora, con un amor simple, hecho de días juntos, cada cual con sus propios deberes y aficiones. Un amor hecho de risas y bromas mientras regresamos a casa de noche, hecho de desayunos preparados por la mañana, de proyectos aún por realizarse. Y de largos fines de semana en los que un sofá, una manta, un buen chocolate caliente, un pack de películas antiguas y unas ganas enormes de comernos a besos sean nuestros únicos objetivos.
